LA EVOLUCION EN LAS ESCUELAS INICIATICAS - ENVIO 22/42
LIBRO “EL SER HUMANO”, ESPECULACIONES SOBRE SU MISTERIO (ENVIO 22/42)
Roger Jordan Palomino
La evolución en las escuelas iniciáticas
En las escuelas iniciáticas, se utiliza la simbología, la ritualística, la Filosofía y los métodos particulares de ayuda a la transformación interna para evolucionar y alcanzar la “Iluminación”; estos procedimientos son de carácter secreto y diferentes según la escuela pero son coincidentes en que el ser humano debe tomar Consciencia de sí mismo y de su alma, así como de las potencialidades que esta le pueda brindar para su trabajo; así pues, en las escuelas iniciáticas más prestigiosas se preconiza que para evolucionar es necesario primero conocerse uno mismo como ya se expresó anteriormente, por lo que el trabajo interno de transformación, es decir esotérica, jamás puede ser reemplazado por la actividad exotérica o externa de su ritualística, o de su simbología y aprendizaje intelectual de su Filosofía, las que sólo servirán de ayuda.
En la Masonería se propone el símil de la Arquitectura o como le llaman, el Arte Real o Ars Estructoria para utilizar simbólicamente las técnicas de esta disciplina a fin de construir internamente y en la sociedad el templo a Dios al que denominan Gran Arquitecto del Universo como se dijo.
Para el trabajo de construcción del templo mencionado, es necesario que el masón vaya eliminando sus imperfecciones para que dicho templo resulte en una construcción armónica y bella.
Cada grado de la Masonería posee sus herramientas simbólicas, que son en realidad potencialidades que el Alma del ser posee, tales como la Voluntad, la Inteligencia, la Educación, etc., y su objetivo es el de lograr que la sociedad esté fundada sobre los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que según ellos es la situación ideal que el Gran Arquitecto del Universo quiere para la humanidad.
En la Rosacruz por su parte, se propone el símil de la Alquimia para utilizar simbólicamente las técnicas de este antiguo arte o disciplina a fin de trasmutar los metales viles del ser humano en el oro de la mas elevada perfección, con lo cual sostienen, se logrará una sociedad de hombres sabios y llenos de amor a la creación y a Dios a quien denominan El Cósmico.
Cuando tal transmutación haya ocurrido, dicen los rosacruces, se habrá logrado clavar al ser físico en la cruz de su materialidad para que aflore sobre dicha cruz, la Rosa Mística que representa al Alma para que pueda guiar al hombre a los elevados destinos para el que fue creado.
El rosacruz sostiene que para iniciar la transmutación del ser, es indispensable el conocimiento de sí para hallar su propia piedra filosofal que le permita ir cambiando luego, en forma paulatina, mediante la meditación, el estudio y procesos psíquicos especiales, que varían grado a grado, la vileza de cada uno de sus metales bajos hasta lograr el oro alquímico simbólico de su total perfección.
Tanto la Masonería como la Rosacruz sostienen que para Dios todos los hombres son importantes, pues según las capacidades y potencialidades con las que él los ha dotado, deben hacer su trabajo para que ocupen su lugar en el plan que él le ha trazado.
Es pues importante que cualquier iniciado conozca la forma como está organizado el ser humano para realizar, con lo que tiene, su trabajo, sin perder su tiempo y energías en un esfuerzo estéril.
El ser humano es cuerpo y es Alma como ya se expresó; de la asociación del Alma que es de signo positivo por ser parte de la fuerza creadora de Dios, y el cuerpo que es de signo negativo por ser lo creado, resulta una entidad dual que se denomina Yo o Ego y que está en permanente lucha de contrarios que el hombre mismo tiene que resolver armónicamente, siendo esta armonía el objetivo del trabajo en la Masonería, o el de lograr el oro espiritual de la máxima pureza en los rosacruces.
Al respecto, vale la pena indicar, quizá contrariamente a lo que plantean algunos sectores del misticismo, de que no es posible la evolución en armonía si se priva al cuerpo de la satisfacción de sus legítimas necesidades para, según un mal entendido sacrificio o penitencia, favorecer sólo las necesidades del Alma; ello supondría, para quien así actúa, el aceptar que Dios se equivocó al dotar al hombre de un cuerpo con necesidades equivocadas lo cual es concebible solo en un fanático.
La evolución sólo es posible en aquellos hombres que se esfuerzan por mantener el cuerpo sano y la mente sana como reza el antiguo proverbio latino. Bastante sacrificio y penitencia tiene el hombre en la lucha diaria y permanente para evolucionar en armonía, evitando que su cuerpo y su Yo o Ego lo dominen con reclamos inarmoniosos; de allí la enorme importancia que, por otra parte, tiene la gran Ley de: “Amar a Dios por sobre todas las cosas y a nuestros semejantes como a nosotros mismos”, ley que está indicando claramente que para evolucionar, hay que amar a Dios, controlando nuestros apetitos inarmoniosos sin necesidad de maltratar innecesariamente nuestro cuerpo que es una de sus más perfectas obras, y que además, debemos preocuparnos, y si es posible luchar, para que nuestros semejantes vivan en Libertad, Igualdad y Fraternidad, para que satisfagan sus necesidades materiales y espirituales con dignidad en forma armónica y justa.
La armonía mencionada, cuando es alcanzada, indicará que del Yo o Ego inarmónico representado por el vil metal, se ha logrado, luego de un tenaz trabajo, un Yo o Ego perfectamente armónico representado por el oro alquímico de la mayor pureza.
Para el logro de dicha armonía con los métodos iniciáticos, tienen que estar presentes, la Consciencia de sí y la Voluntad, constituyendo por tal razón, un engaño cualquier escuela que proponga métodos en los que la lucha por cambiar no sea tenaz y casi siempre dolorosa.
Roger Jordan Palomino
La evolución en las escuelas iniciáticas
En las escuelas iniciáticas, se utiliza la simbología, la ritualística, la Filosofía y los métodos particulares de ayuda a la transformación interna para evolucionar y alcanzar la “Iluminación”; estos procedimientos son de carácter secreto y diferentes según la escuela pero son coincidentes en que el ser humano debe tomar Consciencia de sí mismo y de su alma, así como de las potencialidades que esta le pueda brindar para su trabajo; así pues, en las escuelas iniciáticas más prestigiosas se preconiza que para evolucionar es necesario primero conocerse uno mismo como ya se expresó anteriormente, por lo que el trabajo interno de transformación, es decir esotérica, jamás puede ser reemplazado por la actividad exotérica o externa de su ritualística, o de su simbología y aprendizaje intelectual de su Filosofía, las que sólo servirán de ayuda.
En la Masonería se propone el símil de la Arquitectura o como le llaman, el Arte Real o Ars Estructoria para utilizar simbólicamente las técnicas de esta disciplina a fin de construir internamente y en la sociedad el templo a Dios al que denominan Gran Arquitecto del Universo como se dijo.
Para el trabajo de construcción del templo mencionado, es necesario que el masón vaya eliminando sus imperfecciones para que dicho templo resulte en una construcción armónica y bella.
Cada grado de la Masonería posee sus herramientas simbólicas, que son en realidad potencialidades que el Alma del ser posee, tales como la Voluntad, la Inteligencia, la Educación, etc., y su objetivo es el de lograr que la sociedad esté fundada sobre los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que según ellos es la situación ideal que el Gran Arquitecto del Universo quiere para la humanidad.
En la Rosacruz por su parte, se propone el símil de la Alquimia para utilizar simbólicamente las técnicas de este antiguo arte o disciplina a fin de trasmutar los metales viles del ser humano en el oro de la mas elevada perfección, con lo cual sostienen, se logrará una sociedad de hombres sabios y llenos de amor a la creación y a Dios a quien denominan El Cósmico.
Cuando tal transmutación haya ocurrido, dicen los rosacruces, se habrá logrado clavar al ser físico en la cruz de su materialidad para que aflore sobre dicha cruz, la Rosa Mística que representa al Alma para que pueda guiar al hombre a los elevados destinos para el que fue creado.
El rosacruz sostiene que para iniciar la transmutación del ser, es indispensable el conocimiento de sí para hallar su propia piedra filosofal que le permita ir cambiando luego, en forma paulatina, mediante la meditación, el estudio y procesos psíquicos especiales, que varían grado a grado, la vileza de cada uno de sus metales bajos hasta lograr el oro alquímico simbólico de su total perfección.
Tanto la Masonería como la Rosacruz sostienen que para Dios todos los hombres son importantes, pues según las capacidades y potencialidades con las que él los ha dotado, deben hacer su trabajo para que ocupen su lugar en el plan que él le ha trazado.
Es pues importante que cualquier iniciado conozca la forma como está organizado el ser humano para realizar, con lo que tiene, su trabajo, sin perder su tiempo y energías en un esfuerzo estéril.
El ser humano es cuerpo y es Alma como ya se expresó; de la asociación del Alma que es de signo positivo por ser parte de la fuerza creadora de Dios, y el cuerpo que es de signo negativo por ser lo creado, resulta una entidad dual que se denomina Yo o Ego y que está en permanente lucha de contrarios que el hombre mismo tiene que resolver armónicamente, siendo esta armonía el objetivo del trabajo en la Masonería, o el de lograr el oro espiritual de la máxima pureza en los rosacruces.
Al respecto, vale la pena indicar, quizá contrariamente a lo que plantean algunos sectores del misticismo, de que no es posible la evolución en armonía si se priva al cuerpo de la satisfacción de sus legítimas necesidades para, según un mal entendido sacrificio o penitencia, favorecer sólo las necesidades del Alma; ello supondría, para quien así actúa, el aceptar que Dios se equivocó al dotar al hombre de un cuerpo con necesidades equivocadas lo cual es concebible solo en un fanático.
La evolución sólo es posible en aquellos hombres que se esfuerzan por mantener el cuerpo sano y la mente sana como reza el antiguo proverbio latino. Bastante sacrificio y penitencia tiene el hombre en la lucha diaria y permanente para evolucionar en armonía, evitando que su cuerpo y su Yo o Ego lo dominen con reclamos inarmoniosos; de allí la enorme importancia que, por otra parte, tiene la gran Ley de: “Amar a Dios por sobre todas las cosas y a nuestros semejantes como a nosotros mismos”, ley que está indicando claramente que para evolucionar, hay que amar a Dios, controlando nuestros apetitos inarmoniosos sin necesidad de maltratar innecesariamente nuestro cuerpo que es una de sus más perfectas obras, y que además, debemos preocuparnos, y si es posible luchar, para que nuestros semejantes vivan en Libertad, Igualdad y Fraternidad, para que satisfagan sus necesidades materiales y espirituales con dignidad en forma armónica y justa.
La armonía mencionada, cuando es alcanzada, indicará que del Yo o Ego inarmónico representado por el vil metal, se ha logrado, luego de un tenaz trabajo, un Yo o Ego perfectamente armónico representado por el oro alquímico de la mayor pureza.
Para el logro de dicha armonía con los métodos iniciáticos, tienen que estar presentes, la Consciencia de sí y la Voluntad, constituyendo por tal razón, un engaño cualquier escuela que proponga métodos en los que la lucha por cambiar no sea tenaz y casi siempre dolorosa.
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