LOS CENTROS DEL SER HUMANO - ENVIO 13/42
LIBRO “EL SER HUMANO”, ESPECULACIONES SOBRE SU MISTERIO (ENVIO 13/42)
Roger Jordan Paolmino
Los centros del ser humano
De la asociación de la parte física del ser humano y de su Alma, resultan ciertas áreas funcionales que muchas escuelas iniciáticas han estudiado y observado que en ellas se acentúa dicha asociación; así, algunas escuelas iniciáticas, particularmente de oriente, llaman a estas áreas "Chakras" de las que sostienen, son siete; y otras escuelas, particularmente de occidente las denominan "Centros", sosteniendo que son cinco; en este trabajo se empleará esta última denominación por considerarla que es más coherente con la cultura occidental.
Estos centros según lo indica el esoterista ruso Ouspensky, en su libro "Fragmentos de una enseñanza desconocida" son cinco; en tres de ellos se acentúa mas la parte material del ser y son: el Centro Motor, el Centro Instintivo y el Centro Sexual; y en los otros dos se acentúa mas la parte espiritual o del Alma y son: el Centro de la Emoción y el Centro de la Razón.
El Centro motor, está relacionado con el movimiento del cuerpo, particularmente con las extremidades.
El Centro Instintivo está relacionado a las funciones que el cuerpo físico realiza automáticamente frente a determinados estímulos que aparecen ante necesidades de tipo animal.
La ubicación del Centro Instintivo, se encuentra en el cerebro, cercano al Centro de la Razón, dando a entender que en el cerebro, es decir en la parte mas alta del hombre, también radica su parte mas animal, por lo que por su decisión y su libre albedrío, mediante la voluntad, puede actuar como un animal o como un ser humano. Terrible paradoja cuyo misterio tiene que resolver el mismo ser.
El hecho de que el Centro Instintivo, le asegure al ser humano sus reacciones animales, no significa que este centro sea malo, al contrario, este centro se encuentre cerca al Centro de la Razón, en la parte más alta de su ser pues sus instintos son el producto de lo que va aprendiendo inicialmente y luego, cuando el aprendizaje se vuelve costumbre, pasa a ser de actuación automática; por ejemplo, él aprender a caminar, a nadar, etc.
El Centro Sexual está relacionado a las funciones de la reproducción de la especie; en realidad debería estar ubicado en el ámbito del Centro Instintivo, pero por su enorme importancia, algunas escuelas iniciáticas lo han separado como un centro aparte.
Efectivamente, la importancia de este centro es tanta, que nada menos que de su correcto funcionamiento depende que la obra creadora de Dios continúe; es tanta su fuerza que un sólo ser humano es potencialmente capaz de poblar un mundo con la capacidad de reproducir, cual Dios, millones de vidas.
Así pues, los centros Motor, Instintivo y Sexual, vienen a ser los ámbitos en los que la presencia de parte física del ser es más evidente que el Alma de este, y su funcionamiento se da en el plano de la Mente Objetiva que es la que, como ya se expresó, actúa mas cerca al cuerpo físico. A continuación se verán los otros dos centros, el de la Emoción y el de la Razón, en los que la presencia del Alma es más evidente que la parte material.
El Centro de la Emoción, que las escuelas iniciáticas ubican en el corazón, es el que permite que el ser humano manifieste sus sentimientos; por estar radicado en el corazón, órgano principal del Sistema Circulatorio, sus efectos recorren todo el cuerpo físico a través del torrente sanguíneo llevando al cuerpo los efectos de los sentimientos que pueden ser positivos o negativos.
Este centro está asociado directa e íntimamente al Sistema Respiratorio pues, como se conoce por Anatomía, en cada aspiración, el torrente sanguíneo es dotado de aire nuevo y en cada expiración expulsa el aire ya utilizado que es aire viciado; por tal razón, los sentimientos afectan también y grandemente a todos los órganos del cuerpo, sea que por este recorra sangre con aire respirado con sentimientos negativos o con sentimientos positivos.
El Centro de la Razón, ubicado por las escuelas iniciáticas en la cabeza, para ser más exactos en el cerebro, está íntimamente relacionado con el nivel de la Mente Subjetiva de la que se trató anteriormente, es decir, aquel en el que se llevan a cabo los procesos comunes del razonamiento inductivo, deductivo y silogístico a través de los cuales, normalmente tomamos decisiones sobre los diarios problemas y retos de la vida. Este nivel es usado también por la Ciencia y la Filosofía para sus procesos de análisis y síntesis.
Como se manifestó anteriormente, si se ha logrado una cierta expansión de la consciencia, se puede acceder al nivel de la Mente Universal en la cual se pueden hallar respuestas a las inquietudes mas elevadas y que el nivel de la Mente Subjetiva no puede resolver porque escapa a sus posibilidades de razonamiento; normalmente de este nivel llegan lo que se denominan las Inspiraciones, o la Intuición, a veces denominadas vulgarmente como “corazonadas”; Muchas veces este nivel otorga respuestas durante los estados de sueño, es decir, mientras el cuerpo físico, y la Mente Objetiva y Subjetiva se encuentran en reposo.
El Alma del ser evidencia en el Centro de la Razón, su presencia reflexiva, captando siempre el pensamiento de Dios ya que el cerebro es la expresión mas elevada de la organización de la materia, maravilla de la creación, y en el Centro de la Emoción el Alma evidencia su presencia activa, impulsando siempre al hombre a la acción pues el corazón marca el ritmo vital de su existencia con cada latido. Por tal razón, se dice que "Dios descansa en el cerebro humano y actúa en su corazón"
Para evidenciar la superioridad del ser humano sobre la otras criaturas de la creación, al mismo tiempo que para testimoniar la jerarquía de cada uno de los cinco centros de los que hemos hablado, el hombre, en su larguísimo proceso evolutivo, ha logrado caminar erguido, de pie, evidenciando así que, como consecuencia de su evolución, en el nivel mas alto de su organización material, en su cabeza, han logrado radicar las partes mas importantes de su ser, el Centro de la Razón y el Centro Instintivo; a continuación, en el centro de su cuerpo, el de la Emoción; luego, mas abajo el Sexual; y por último, el Motor en sus extremidades.
Efectivamente, si se observa a los animales, se verá que estos caminan según la horizontal, como si su cerebro en el que está su incipiente razón y sus instintos, su corazón, su sexo, y sus extremidades están en el mismo nivel, paralelos a la tierra; mientras que el hombre, gracias a su evolución, ha logrado erguirse desde la posición horizontal de los animales hasta la posición vertical respecto a la horizontal de la tierra de la que su parte material esta hecha.
La posición vertical del ser humano, ha sido pues ganada para su especie gracias a su voluntad, que, entre otras cosas, le ha permitido el desarrollo de instintos para manejar con habilidad sus manos ya libres, a fin de trabajar y utilizar con ellas los objetos que su capacidad de razonamiento le permite determinar como necesarios para su mejor calidad de vida.
Es pues por su voluntad, que el hombre decide lo que tiene que hacer con su libre albedrío para evolucionar o para degradarse.
Roger Jordan Paolmino
Los centros del ser humano
De la asociación de la parte física del ser humano y de su Alma, resultan ciertas áreas funcionales que muchas escuelas iniciáticas han estudiado y observado que en ellas se acentúa dicha asociación; así, algunas escuelas iniciáticas, particularmente de oriente, llaman a estas áreas "Chakras" de las que sostienen, son siete; y otras escuelas, particularmente de occidente las denominan "Centros", sosteniendo que son cinco; en este trabajo se empleará esta última denominación por considerarla que es más coherente con la cultura occidental.
Estos centros según lo indica el esoterista ruso Ouspensky, en su libro "Fragmentos de una enseñanza desconocida" son cinco; en tres de ellos se acentúa mas la parte material del ser y son: el Centro Motor, el Centro Instintivo y el Centro Sexual; y en los otros dos se acentúa mas la parte espiritual o del Alma y son: el Centro de la Emoción y el Centro de la Razón.
El Centro motor, está relacionado con el movimiento del cuerpo, particularmente con las extremidades.
El Centro Instintivo está relacionado a las funciones que el cuerpo físico realiza automáticamente frente a determinados estímulos que aparecen ante necesidades de tipo animal.
La ubicación del Centro Instintivo, se encuentra en el cerebro, cercano al Centro de la Razón, dando a entender que en el cerebro, es decir en la parte mas alta del hombre, también radica su parte mas animal, por lo que por su decisión y su libre albedrío, mediante la voluntad, puede actuar como un animal o como un ser humano. Terrible paradoja cuyo misterio tiene que resolver el mismo ser.
El hecho de que el Centro Instintivo, le asegure al ser humano sus reacciones animales, no significa que este centro sea malo, al contrario, este centro se encuentre cerca al Centro de la Razón, en la parte más alta de su ser pues sus instintos son el producto de lo que va aprendiendo inicialmente y luego, cuando el aprendizaje se vuelve costumbre, pasa a ser de actuación automática; por ejemplo, él aprender a caminar, a nadar, etc.
El Centro Sexual está relacionado a las funciones de la reproducción de la especie; en realidad debería estar ubicado en el ámbito del Centro Instintivo, pero por su enorme importancia, algunas escuelas iniciáticas lo han separado como un centro aparte.
Efectivamente, la importancia de este centro es tanta, que nada menos que de su correcto funcionamiento depende que la obra creadora de Dios continúe; es tanta su fuerza que un sólo ser humano es potencialmente capaz de poblar un mundo con la capacidad de reproducir, cual Dios, millones de vidas.
Así pues, los centros Motor, Instintivo y Sexual, vienen a ser los ámbitos en los que la presencia de parte física del ser es más evidente que el Alma de este, y su funcionamiento se da en el plano de la Mente Objetiva que es la que, como ya se expresó, actúa mas cerca al cuerpo físico. A continuación se verán los otros dos centros, el de la Emoción y el de la Razón, en los que la presencia del Alma es más evidente que la parte material.
El Centro de la Emoción, que las escuelas iniciáticas ubican en el corazón, es el que permite que el ser humano manifieste sus sentimientos; por estar radicado en el corazón, órgano principal del Sistema Circulatorio, sus efectos recorren todo el cuerpo físico a través del torrente sanguíneo llevando al cuerpo los efectos de los sentimientos que pueden ser positivos o negativos.
Este centro está asociado directa e íntimamente al Sistema Respiratorio pues, como se conoce por Anatomía, en cada aspiración, el torrente sanguíneo es dotado de aire nuevo y en cada expiración expulsa el aire ya utilizado que es aire viciado; por tal razón, los sentimientos afectan también y grandemente a todos los órganos del cuerpo, sea que por este recorra sangre con aire respirado con sentimientos negativos o con sentimientos positivos.
El Centro de la Razón, ubicado por las escuelas iniciáticas en la cabeza, para ser más exactos en el cerebro, está íntimamente relacionado con el nivel de la Mente Subjetiva de la que se trató anteriormente, es decir, aquel en el que se llevan a cabo los procesos comunes del razonamiento inductivo, deductivo y silogístico a través de los cuales, normalmente tomamos decisiones sobre los diarios problemas y retos de la vida. Este nivel es usado también por la Ciencia y la Filosofía para sus procesos de análisis y síntesis.
Como se manifestó anteriormente, si se ha logrado una cierta expansión de la consciencia, se puede acceder al nivel de la Mente Universal en la cual se pueden hallar respuestas a las inquietudes mas elevadas y que el nivel de la Mente Subjetiva no puede resolver porque escapa a sus posibilidades de razonamiento; normalmente de este nivel llegan lo que se denominan las Inspiraciones, o la Intuición, a veces denominadas vulgarmente como “corazonadas”; Muchas veces este nivel otorga respuestas durante los estados de sueño, es decir, mientras el cuerpo físico, y la Mente Objetiva y Subjetiva se encuentran en reposo.
El Alma del ser evidencia en el Centro de la Razón, su presencia reflexiva, captando siempre el pensamiento de Dios ya que el cerebro es la expresión mas elevada de la organización de la materia, maravilla de la creación, y en el Centro de la Emoción el Alma evidencia su presencia activa, impulsando siempre al hombre a la acción pues el corazón marca el ritmo vital de su existencia con cada latido. Por tal razón, se dice que "Dios descansa en el cerebro humano y actúa en su corazón"
Para evidenciar la superioridad del ser humano sobre la otras criaturas de la creación, al mismo tiempo que para testimoniar la jerarquía de cada uno de los cinco centros de los que hemos hablado, el hombre, en su larguísimo proceso evolutivo, ha logrado caminar erguido, de pie, evidenciando así que, como consecuencia de su evolución, en el nivel mas alto de su organización material, en su cabeza, han logrado radicar las partes mas importantes de su ser, el Centro de la Razón y el Centro Instintivo; a continuación, en el centro de su cuerpo, el de la Emoción; luego, mas abajo el Sexual; y por último, el Motor en sus extremidades.
Efectivamente, si se observa a los animales, se verá que estos caminan según la horizontal, como si su cerebro en el que está su incipiente razón y sus instintos, su corazón, su sexo, y sus extremidades están en el mismo nivel, paralelos a la tierra; mientras que el hombre, gracias a su evolución, ha logrado erguirse desde la posición horizontal de los animales hasta la posición vertical respecto a la horizontal de la tierra de la que su parte material esta hecha.
La posición vertical del ser humano, ha sido pues ganada para su especie gracias a su voluntad, que, entre otras cosas, le ha permitido el desarrollo de instintos para manejar con habilidad sus manos ya libres, a fin de trabajar y utilizar con ellas los objetos que su capacidad de razonamiento le permite determinar como necesarios para su mejor calidad de vida.
Es pues por su voluntad, que el hombre decide lo que tiene que hacer con su libre albedrío para evolucionar o para degradarse.
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