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sábado, junio 18, 2005

NECESIDAD DEL LIBRE PENSAMIENTO - ENVIO 9/42

LIBRO “EL SER HUMANO”, ESPECULACIONES SOBRE SU MISTERIO (ENVIO 9/42)
Roger Jordan Palomino

Necesidad del libre pensamiento

Se ha visto hasta ahora que; por la Ciencia, es posible deducir racionalmente que la manifestación fenoménica del Universo y el hombre es de naturaleza relativa por su constante cambio, por lo que tiene que ser necesariamente el efecto de una fuerza noumenica de naturaleza absoluta; por la Filosofía, que la tendencia del hombre por buscar la moral y la belleza, no pueden provenir de su parte material, mortal e instintiva, sino que tienen que provenir de una parte de su ser de naturaleza espiritual, eterna y consciente, semejante a la entidad que, como unidad inmutable, contenga la moral y la belleza absoluta; por el camino iniciático, que la inclinación del hombre a la vida trascendente, tiene que provenir de la entidad que sea el origen y el fin de toda realidad y cuya cualidad primordial sea su inmutabilidad y perfección absoluta; y por la Religión, que la devoción a esa entidad de la que el hombre depende tiene que provenir de la intuición en la existencia de un Ser Supremo.

Así, la entidad que, en la Ciencia es la causa del hombre y de todo el Universo, que en la Filosofía es la fuente de la moral y de la belleza, que en el camino iniciático es el absoluto inmutable, y que en la Religión es la divinidad de la que depende todo; esa entidad no puede ser mas que Dios, y que si todo lo creado siempre esta cambiando y, en consecuencia, es relativo porque al mismo tiempo que es nunca es, entonces lo único realmente verdadero es Dios porque nunca cambia, y que si el hombre, su criatura mas predilecta busca conocerle y amarle, es porque desde el comienzo de los tiempos ha existido en su mente, y aun antes de ser creados, El lo ha amado primero (San Juan, Epístola primera 4 al 19).

Si se acepta todo lo anteriormente expresado, valdría la pena pensar ahora sobre la racionalidad de los que discuten sobre la parte de la verdad que le corresponde a la Ciencia, a la Filosofía y a la Religión; o de los que afirman que sólo el conocimiento de una determinada religión, escuela filosófica, sistema iniciático, grupo científico, etc., sea el único verdadero

La verdad absoluta, es infinita en el espacio y eterna en el tiempo, por lo que, lo más coherente para conocerla, es utilizar cuanto camino disponible exista, y no considerar que lo que se conoce o se cree, cualquiera sea la jerarquía científica, filosófica, iniciática o religiosa que se tenga, es la única verdad.

La verdad, siendo infinita y eterna, más sabio es pensar que el hombre solo percibe parte de ella según su época, cultura, religión, etc.

En este sentido, se puede sostener que el buscador de la verdad sincero, debe estar en disposición mental a ser un libre pensador, por lo que, primero debe convencerse de que para conocer la verdad, no son suficientes la Ciencia, la Filosofía ni la Religión, o el conocimiento que se tenga de algún sistema iniciático.

Por ello, se deben tomar cuantos caminos existan hacia el conocimiento de la verdad, estudiado sus propuestas sin temor; el único temor que se debe tener es el de autolimitar la capacidad de conocer mas refugiándose en el dogmatismo que es, como se expresó anteriormente, la actitud de aceptar sin comprenderlas internamente, las grandes verdades que encierran los denominados dogmas.

Si el hombre tiene mente inquieta y tiene acceso al Racionalismo y al Misticismo, no puede rehuir a lo que tácitamente es la finalidad de su vida, cual es, la búsqueda de la verdad y el conocimiento para evolucionar.

Así pues, la actitud del verdadero buscador de la verdad, debiera ser la de armonizar en su Razón y en su Emoción, los conocimientos obtenidos en el Racionalismo y el Misticismo, buscando que ellos sean concurrentes y no excluyentes, evitando que uno de ellos se oponga a los otros, como lo hacen por ejemplo algunos racionalistas que solo aceptan lo científico y filosófico y rechazan por tal razón lo místico, o algunos iniciados, que equivocadamente creen poder reemplazar a la Religión en lugar de que sus conocimientos enriquezcan su fe; o de algunas religiones, que en algunos casos se oponen a la Ciencia, a la Filosofía o a los métodos iniciáticos, muchas veces sin fundamento.

La más sabia actitud del verdadero buscador de la verdad debería ser la de buscar fusionar en una sola gran verdad todo lo que conoce, reforzando la Razón mediante un gradual reemplazo del dogmatismo y como consecuencia natural, la Emoción en una creciente fe en una existencia trascendente. Por ello, se debe trabajar con humildad, reconociendo que cuanto más se sabe, se necesita conocer mas aun, por lo que, además, cuanto más se crea saber, mas humilde se debe ser, desterrando la arrogancia y la vanidad en las actitudes, como lo hacia el mas sabio de los maestros de la humanidad, Jesús el Cristo.

Como buscador de la verdad, es pertinente que el hombre sepa también que en la economía cósmica nada sobra ni nada falta, y que si Dios, por su inmenso amor, le proporciona como dádivas y dones, el conocimiento de la verdad a través del Racionalismo y el Misticismo, es para que le conozca, le ame y haga el bien a sus semejantes.

Por ello, es su deber devolver con amor lo recibido conforme lo mandan las Leyes Cósmicas que en la mayoría de las religiones y escuelas iniciáticas son coincidentes en que, todo lo que otorga Dios, debe ser devuelto para beneficio de lo creado por El; de lo contrario, se estarán poniendo en juego las eternas e inmutables fuerzas de la Ley Cósmica de la Compensación que manda que todo debe ser pagado en esta vida o en la otra, ley indispensable para que se cumpla la evolución de todo lo creado.

Por lo manifestado, gravisima responsabilidad con Dios adquiere aquel que hace mal uso del Racionalismo o el Misticismo solo para adquirir poder, riqueza, o satisfacer su vanidad, sin hacer el bien a la humanidad.

Hasta ahora, lo único que ha quedado claro es que Dios es lo único verdadero porque nunca cambia; pero, sobre las acciones humanas; ¿ Cómo saber que están basadas en la verdad absoluta?. Un buen método para dar respuesta a esta cuestión, es revisar la historia en aquellos capítulos de su trágico devenir en los que, evidentemente, la verdad no estuvo presente en cada uno de los caminos analizados en este trabajo. Por ejemplo: En la Ciencia; cuando su aplicación produjo Nagasaki e Hiroshima; en la Filosofía, cuando su aplicación originó los Campos de Concentración de Siberia, el Muro de Berlín, los genocidios de Polt Pot en Camboya y de Sendero Luminoso en nuestra patria; en el método iniciático, cuando su aplicación por Hitler y los iniciados de la Fraternidad de Thule, deformación de la Orden Medieval de los Caballeros Teutones, produjo el asesinato de seis millones de judíos; en Religión, cuando para imponer la cruz, funcionó esa horrorosa institución llamada Santa Inquisición, o cuando por imponer la Media Luna del Islam, el mundo no tiene paz hasta ahora.

Por el contrario, se debe estar seguro que la verdad esta presente; cuando se ven los progresos de la Ciencia en su lucha contra las enfermedades que afligen al hombre; cuando la Filosofía encuentra que este debe vivir en Libertad, Igualdad y Fraternidad; cuando el método iniciático determina que se puede encontrar la armonía de la belleza y la moral en la creación y dentro del ser humano; y cuando en la Religión, su más sublime maestro y al mismo tiempo él más grande y poderoso espíritu jamás encarnado, debe sufrir la horrible muerte en la cruz para redimir por amor a la raza humana en lugar de imponerse sobre ella con la espada, la intolerancia y la tortura.

Asimismo, se debe pensar que la verdad esta presente en la vida individual, cuando se experimenta, por su posesión gradual, una evolución espiritual también gradual, que es lo que en el método iniciático se conoce como el proceso de la “Expansión de la Consciencia”, hasta lograr sentir claramente a Dios mediante la “Revelación” religiosa o la “Iluminación” iniciática, la que utilizará para tal fin, lo que comúnmente se llama Intuición y que se sentirá en lo mas profundo de nuestra Consciencia.

Si no se experimenta tal evolución, es seguro que la verdad que se cree haber logrado, será en realidad una ilusión mas por haber creído que se lograría alcanzarla fuera de la Consciencia, mediante el esfuerzo estéril de incrementar el intelecto con conocimientos científicos o filosóficos, a veces sólo por curiosidad, sin que estos contribuyan a expandirla, o de practicar solo ritos exotéricos iniciaticos sin una evolución esotérica real, o de mostrar al mundo devoción religiosa con la Consciencia solo llena de fanatismo o de superstición en lugar de amor real a Dios y caridad a todos los hombres.

Al respecto, Roger Bacon, quien vivió entre 1214 y 1294, y quien fue un avanzado alquimista y adepto Rosacruz nos dice: “La satisfacción de la curiosidad es, para algunos hombres, el fin del conocimiento. El conocimiento reside en cabezas repletas con pensamientos de otros hombres. La sabiduría, en mentes atentas a sí mismas”

“Jamás se logrará imprimir la verdadera sabiduría demasiado profundamente en las mentes de aquellos a quienes, sin estar preparados espiritualmente, se le comuniquen indebidamente algunas enseñanzas esotéricas”.

Finalmente, el hombre debe asegurarse primero que la libertad que ansia tener, debe basarse en la verdad como lo predico Jesús el Cristo cuando dijo: "Solo la verdad os hará libres ", (San Juan 8, 32), y una vez que sienta en la Consciencia dicha libertad, el hombre debe comprometerse a luchar por la humanidad para ayudarla a liberarse de la ignorancia que la aprisiona, y para contribuir a lograr a que algún día, viva en una sociedad en la que el Racionalismo y el Misticismo, sean un solo conocimiento, al alcance de todos, y que haga de todos, seres libres, iguales y fraternos, gobernados solo por los mas sabios, los mas justos y los mas santos.

Si se piensa así, no debe interesar tanto el nombre que se le ponga a la Causa Primera u origen del Universo y del hombre, ya que si se tiene una idea más completa de tal entidad, se tiene que acordar que ella es eterna porque no tiene tiempo, inmutable porque no cambia, buena porque crea, y sabia, ya que en ella está la Causa Primera de todo lo armónico, de todo lo bello y de todo lo justo que el hombre, a pesar de su materialidad, temporalidad y limitaciones, puede intuir como preexistente a todo en oposición al caos que sería la No Causa. Si tal entidad o Causa Primera es llamada Dios, se puede aceptar dicho nombre; si no, se le puede llamar Cósmico como los rosacruces o Gran Arquitecto del Universo como lo hacen los masones; en fin, el nombre no interesa sino lo que se sienta y se crea de El; De ahora en adelante se le llamará Dios como lo hace la mayoría.

Para terminar con esta primera parte sobre el conocimiento de la verdad, es pertinente transcribir un pasaje del célebre filósofo Plotino quien vivió entre el año 205 y 270 después de Cristo.

“Preguntáis, ¿ cómo podemos conocer el infinito? Os contesto: no mediante la razón. El oficio de la razón es distinguir y definir. Por lo tanto, el infinito no puede ocupar una posición entre sus propósitos. Sólo podréis comprender el Infinito mediante una facultad superior a la razón, entrando en un estado en el que cesáis de ser un ser finito; en el que se os transfiere la esencia divina. Esto es el éxtasis. Es la liberación de vuestra mente, de su consciencia finita. Lo semejante comprende tan sólo a su contraparte; cuando vosotros cesáis de ser finitos, os convertís en Uno con el Infinito. Al reducir vuestra Alma a su forma más sencilla, a su esencia divina, logran esta unión, esta identidad. Todo lo que trate de purificar y elevar la mente les ayudará en este logro y les facilitará el enfoque y la repetición de estas pausas dichosas. Hay, entonces, diversos caminos mediante los cuales podemos obtener este fin. El amor a la belleza que enaltece al poeta; la devoción al Uno y ese ascenso de la Ciencia que da forma a la ambición del filósofo, ese amor y aquellas oraciones mediante las cuales las almas devotas y fervorosas se dirigen hacia la perfección a través de la pureza moral. Estos son los grandes caminos que nos llevan a las alturas de están por encima de la realidad y de lo particular, donde nos erguimos ante la presencia del Infinito, que resplandece hacia el exterior, como si proviniese de las profundidades del alma”

Hasta ahora, sólo se ha tratado sobre los caminos para aproximarse a la verdad; de ahora en adelante, se tratará en forma más detallada sobre una de las partes más importantes de dicha verdad: El ser humano.

FIN DE LA PRIMERA PARTE