FILOSOFIA DE LA VIDA
FILOSOFIA DE LA VIDA
Los Francmasones se refieren siempre al “Mundo Fraterno” y en su trato, expresiones y acciones predomina siempre el Amor por los demás. ¿Entonces, cómo nos podemos profundizar y encontrar el camino?
Tenemos un ejemplo: “Freud, el padre del psicoanálisis” , Freud fue, a la vez médico, psiquiatra, científico y psicólogo. Y también fue algo más. Fue filosofo. Lo vislumbramos en una carta que escribió a su amigo en 1896. “De joven no ansiaba más que el conocimiento filosófico y ahora estoy en camino de satisfacer ese anhelo al pasar de la medicina a la psicología”.
Por entonces no era inusual que los hombres de ciencia del siglo XIX se sintieran atraídos por la filosofía. En realidad para muchos de ellos la Ciencia era Filosofía.
¿Acaso ésta no significa Amor al conocimiento?
¿Y que mejor manera de demostrar nuestro Amor al conocimiento qué dedicándonos a la Ciencia?
Esto era en sustancia lo que Goethe decía a todo intelectual alemán. Goethe era la voz más influyente en el pensamiento del siglo XIX y el ídolo de Alemania, a la vez que ferviente Masón, que buscaba la forma de transmitir y que cada uno lo interpretara según su propia manera de pensar. Lo que significaba: Amor en la relación entre las personas, como palabra creadora. Con ella realmente se ata y desata, tanto en la Tierra como en el Mundo de los efectos, o como en el Universo Sideral, denominado cielo, mundo interno y trascendente de las causas.
Freud no permaneció inmune a su influencia. Por cierto, se decidió a elegir una carrera científica después de conocer un inspirado ensayo de Goethe sobre la Naturaleza. Y también se hizo francmasón, pues comprendió el mensaje de “El mundo Fraternal de la Orden Masónica”.
De esta manera el interés filosófico de Freund, no fue el de un filósofo profesional y académico. Su filosofía era Social y Humanitaria. Adoptó la forma de una “Filosofía de la Vida”. Los alemanes tienen una palabra especial para ella; la llaman: Weltanschauung, que quiere decir “Concepción de los Mundos”.
Freund concebía dentro de sí, y trataba de transmitirla a los demás una filosofía de la Vida basada en la Ciencia, en la Metafísica y en la Religión. Creía que una autentica y valedera Filosofía de la Vida tenia que basarse sobre el conocimiento verdadero de la naturaleza humana, conocimiento que sólo podía alcanzar mediante la investigación y el estudio científico, aunada a su fe, que creía que éramos todos los humanos parte de un todo con las estrellas y el universo.
Los masones hemos aprendido que nos “iniciamos” al conocer esta filosofía a través de las diferentes alegorías con las que hemos ido enriqueciendo nuestros conocimientos. Entramos en las pruebas por ejemplo: “El viaje de regreso que solo es posible hacerlo en esa luminosa región del Sur, que hemos visto ser el asiento de Venus, como principio de la Armonía Creadora de la naturaleza. E inexplicablemente volvemos cambiados, ahora somos mejores, pues hemos evolucionado dentro de la alegoría de la naturaleza.
El segundo viaje que hace el candidato antes de ser aceptado masón es más fácil y menores los obstáculos por haber adquirido el candidato dominio sobre los pensamientos y su actividad creativa va entrando a una conjunción universal más armónica, esto es que empieza a darse cuenta que es una parte de un todo en el Cosmos. Después el toque de las espadas, que significa el debatir de nuestra mentalidad antes del ingreso a una conjunción universal. Empieza a vislumbrar una forma superior de pensamiento y siente como va ingresando a una fase más elevada que no sabe como explicarlo, pero que sabemos es nuestro plasma vital enlazándose a la Gran Armonía Cósmica.
Así, purificado, o preparado también en su mente subconsciente, se le ceñirá el mandil, como emblema de la nueva conciencia constructiva que empezará a operarse en él. De su manera de creer, de mirar, de profundizarse en estudios esotéricos, prácticos orales y mentales, de cuidar lo recibido. Le dará un Valor determinado, acorde con sus facultades psíquicas, mentales y astrales que le corresponden en su presente visita a la Tierra. De cuanto tiempo permanezca en ella, que factor de vivencias obtendrá en este viaje depende de lo que está escrito como inmutable. Pronto volverá su finalidad de entrar a otros planos astrales en su forma astral o será devuelto a la Tierra con otra envoltura, pero siempre como un Ente Operativo de nuestra sociedad Masónica, pues necesita completar su ciclo y reducir su Karma a cero para no volver más. Para ser parte de la divinidad, o ser destinado a otras tareas más altruistas en otros planos o en otros mundos.
La humanidad que aún no ha quemado su “Karma”, esto es que no evolucionó lo suficiente, que todavía tiene que morir muchas veces antes de lograr un estado de perfección parte de la divinidad, consideran como única realidad el Mundo singular del que tienen conciencia, desechando de su mente, la verdad de estar habitando simultáneamente varios de ellos.
Si todos lo Mundos tiene la misma fuerza de Realidad.
¿Cuál es la verdadera?
¿Es el Plano descrito por la Conciencia?
¿Es el que se reserva la Inconciencia?
¿Acaso hay un mundo único?
LA FUERZA DE LA PALABRA
Cada pensamiento, deseo o palabra que emitimos son realidades concretas en otras dimensiones. Son palpables, tienen color, olor y sabor. Y se agrupan por Ley de afinidad, formando verdaderas entidades psíquicas invisibles, pero con increíble poder sobre todos nosotros.
Hablemos con el corazón y dejemos fluir lo que muchas veces sentimos y no nos animamos a decir: “Te amo, hermano”, expresémoslo con otras palabras: “Puedo ayudarte”, “Perdóname no me di cuenta”, “Por favor”, “Gracias”. Etc.
Debemos soltarnos en el sentido de la palabra, seamos más activos, “hagamos lo que tanto tiempo no hemos hecho” pero “hagámoslo”, demos salida a nuestros sentimientos e intenciones. Quizás toda la vida nos culparemos por no haberlo hecho en esa oportunidad. ¿Siempre el por qué no lo hice ... ¿Por qué no le ayude? ... ¿Por qué no le di un beso a mi padre?.. etc.
Hablemos con voz suave y palabras bellas, recordemos a cada instante que somos hijos del amor y comencemos a comprender que amor no es una emoción, sino un pensamiento superior que se trasluce en acciones, actos y servicios hacia nuestros semejantes.
Por el Poder de la Palabra, comencemos a llenar este planeta de amor...
Así por esta puerta, que te la estamos abriendo de par en par, iras comprendiendo el mensaje; que a través de estas deducciones y reales comprobaciones (como las presentadas) creas por fin: “Que existe una nueva y verdadera forma de vida”. Y que ésta será, la que el mundo entero adoptará algún día .
. Recordemos a cada instante que somos hijos del amor y comencemos a comprender que amor no es una emoción, sino un pensamiento superior que se trasluce en acciones, actos y servicios hacia nuestros semejantes
Los Francmasones se refieren siempre al “Mundo Fraterno” y en su trato, expresiones y acciones predomina siempre el Amor por los demás. ¿Entonces, cómo nos podemos profundizar y encontrar el camino?
Tenemos un ejemplo: “Freud, el padre del psicoanálisis” , Freud fue, a la vez médico, psiquiatra, científico y psicólogo. Y también fue algo más. Fue filosofo. Lo vislumbramos en una carta que escribió a su amigo en 1896. “De joven no ansiaba más que el conocimiento filosófico y ahora estoy en camino de satisfacer ese anhelo al pasar de la medicina a la psicología”.
Por entonces no era inusual que los hombres de ciencia del siglo XIX se sintieran atraídos por la filosofía. En realidad para muchos de ellos la Ciencia era Filosofía.
¿Acaso ésta no significa Amor al conocimiento?
¿Y que mejor manera de demostrar nuestro Amor al conocimiento qué dedicándonos a la Ciencia?
Esto era en sustancia lo que Goethe decía a todo intelectual alemán. Goethe era la voz más influyente en el pensamiento del siglo XIX y el ídolo de Alemania, a la vez que ferviente Masón, que buscaba la forma de transmitir y que cada uno lo interpretara según su propia manera de pensar. Lo que significaba: Amor en la relación entre las personas, como palabra creadora. Con ella realmente se ata y desata, tanto en la Tierra como en el Mundo de los efectos, o como en el Universo Sideral, denominado cielo, mundo interno y trascendente de las causas.
Freud no permaneció inmune a su influencia. Por cierto, se decidió a elegir una carrera científica después de conocer un inspirado ensayo de Goethe sobre la Naturaleza. Y también se hizo francmasón, pues comprendió el mensaje de “El mundo Fraternal de la Orden Masónica”.
De esta manera el interés filosófico de Freund, no fue el de un filósofo profesional y académico. Su filosofía era Social y Humanitaria. Adoptó la forma de una “Filosofía de la Vida”. Los alemanes tienen una palabra especial para ella; la llaman: Weltanschauung, que quiere decir “Concepción de los Mundos”.
Freund concebía dentro de sí, y trataba de transmitirla a los demás una filosofía de la Vida basada en la Ciencia, en la Metafísica y en la Religión. Creía que una autentica y valedera Filosofía de la Vida tenia que basarse sobre el conocimiento verdadero de la naturaleza humana, conocimiento que sólo podía alcanzar mediante la investigación y el estudio científico, aunada a su fe, que creía que éramos todos los humanos parte de un todo con las estrellas y el universo.
Los masones hemos aprendido que nos “iniciamos” al conocer esta filosofía a través de las diferentes alegorías con las que hemos ido enriqueciendo nuestros conocimientos. Entramos en las pruebas por ejemplo: “El viaje de regreso que solo es posible hacerlo en esa luminosa región del Sur, que hemos visto ser el asiento de Venus, como principio de la Armonía Creadora de la naturaleza. E inexplicablemente volvemos cambiados, ahora somos mejores, pues hemos evolucionado dentro de la alegoría de la naturaleza.
El segundo viaje que hace el candidato antes de ser aceptado masón es más fácil y menores los obstáculos por haber adquirido el candidato dominio sobre los pensamientos y su actividad creativa va entrando a una conjunción universal más armónica, esto es que empieza a darse cuenta que es una parte de un todo en el Cosmos. Después el toque de las espadas, que significa el debatir de nuestra mentalidad antes del ingreso a una conjunción universal. Empieza a vislumbrar una forma superior de pensamiento y siente como va ingresando a una fase más elevada que no sabe como explicarlo, pero que sabemos es nuestro plasma vital enlazándose a la Gran Armonía Cósmica.
Así, purificado, o preparado también en su mente subconsciente, se le ceñirá el mandil, como emblema de la nueva conciencia constructiva que empezará a operarse en él. De su manera de creer, de mirar, de profundizarse en estudios esotéricos, prácticos orales y mentales, de cuidar lo recibido. Le dará un Valor determinado, acorde con sus facultades psíquicas, mentales y astrales que le corresponden en su presente visita a la Tierra. De cuanto tiempo permanezca en ella, que factor de vivencias obtendrá en este viaje depende de lo que está escrito como inmutable. Pronto volverá su finalidad de entrar a otros planos astrales en su forma astral o será devuelto a la Tierra con otra envoltura, pero siempre como un Ente Operativo de nuestra sociedad Masónica, pues necesita completar su ciclo y reducir su Karma a cero para no volver más. Para ser parte de la divinidad, o ser destinado a otras tareas más altruistas en otros planos o en otros mundos.
La humanidad que aún no ha quemado su “Karma”, esto es que no evolucionó lo suficiente, que todavía tiene que morir muchas veces antes de lograr un estado de perfección parte de la divinidad, consideran como única realidad el Mundo singular del que tienen conciencia, desechando de su mente, la verdad de estar habitando simultáneamente varios de ellos.
Si todos lo Mundos tiene la misma fuerza de Realidad.
¿Cuál es la verdadera?
¿Es el Plano descrito por la Conciencia?
¿Es el que se reserva la Inconciencia?
¿Acaso hay un mundo único?
LA FUERZA DE LA PALABRA
Cada pensamiento, deseo o palabra que emitimos son realidades concretas en otras dimensiones. Son palpables, tienen color, olor y sabor. Y se agrupan por Ley de afinidad, formando verdaderas entidades psíquicas invisibles, pero con increíble poder sobre todos nosotros.
Hablemos con el corazón y dejemos fluir lo que muchas veces sentimos y no nos animamos a decir: “Te amo, hermano”, expresémoslo con otras palabras: “Puedo ayudarte”, “Perdóname no me di cuenta”, “Por favor”, “Gracias”. Etc.
Debemos soltarnos en el sentido de la palabra, seamos más activos, “hagamos lo que tanto tiempo no hemos hecho” pero “hagámoslo”, demos salida a nuestros sentimientos e intenciones. Quizás toda la vida nos culparemos por no haberlo hecho en esa oportunidad. ¿Siempre el por qué no lo hice ... ¿Por qué no le ayude? ... ¿Por qué no le di un beso a mi padre?.. etc.
Hablemos con voz suave y palabras bellas, recordemos a cada instante que somos hijos del amor y comencemos a comprender que amor no es una emoción, sino un pensamiento superior que se trasluce en acciones, actos y servicios hacia nuestros semejantes.
Por el Poder de la Palabra, comencemos a llenar este planeta de amor...
Así por esta puerta, que te la estamos abriendo de par en par, iras comprendiendo el mensaje; que a través de estas deducciones y reales comprobaciones (como las presentadas) creas por fin: “Que existe una nueva y verdadera forma de vida”. Y que ésta será, la que el mundo entero adoptará algún día .
. Recordemos a cada instante que somos hijos del amor y comencemos a comprender que amor no es una emoción, sino un pensamiento superior que se trasluce en acciones, actos y servicios hacia nuestros semejantes
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