SOLSTICIO DE JUNIO
EL SOLSTICIO DE JUNIO
R:.H:. ROGER JORDÁN PALOMINO
Cuando uno observa el cielo es difícil no evitar el meditar sobre la creación y el universo y especular sobre su real naturaleza y su relación con nuestra vida.
Efectivamente, cuando uno medita sobre el universo se tiene la certeza de que lo que uno esta viendo con sus ojos materiales, no es mas que una porción del orden visible de la creación, y que dicho orden no es mas que la representación de un orden invisible que nuestros ojos ya no pueden ver; es decir, que lo que nuestros ojos materiales ven es sólo el fenómeno visible al que debe corresponder una causa invisible que la epistemología denomina comúnmente noumeno. En nuestras meditaciones no podemos dejar de conmovernos por el hecho histórico de que los antiguos, sin los adelantos modernos, habían podido deducir conocimientos tan profundos sobre el universo y su relación con el hombre y con Dios.
Efectivamente, todos los temas relacionados al universo, como el de los solsticios nos pueden ofrecer una múltiple gama de posibilidades de especulación e investigación, por lo que es posible abordar dicho tema en su aspecto científico, en su aspecto simbólico o exotérico y particularmente en su aspecto esotérico.
Con relación al aspecto científico del tema, los astrónomos modernos vienen comprobando con exactitud, mucho de lo que los antiguos desde la época de los caldeos, luego los egipcios y posteriormente los griegos, incluso los incas y mayas, ya conocían en gran parte; es decir que la tierra es un astro semejante a los que en la noche vemos brillar. A pesar de sus seis mil trillones de toneladas de peso, la tierra está dotada de una ligereza extraordinaria; ya que en unas 24 horas da una vuelta en su imaginario eje, y que a este movimiento se le llama de rotación; además se ha comprobado que nuestro planeta recorre un camino de casi mil millones de kilómetros en torno al sol del que dista casi 150 millones de kilómetros en el transcurso de un año; a este otro movimiento se le llama de traslación.
¡Imagínense! todas estas maravillas con nosotros ahí adentro viviendo ignorantes de ellas, cada uno con sus propios problemas y destruyendo con nuestra ignorancia y ambición, nuestro planeta, amenazando con convertirlo en un infierno sin darnos cuenta que en realidad vivimos en el cielo, juntamente a todos los astros, como lo decía el célebre astrónomo Flammarión!
La consecuencia del movimiento de rotación, es la sucesión de los días y las noches, y la consecuencia del de traslación, es la sucesión de las estaciones; pero con sólo la traslación, estas no existirían ya que es preciso además, que el eje de la tierra esté inclinado sobre el plano de la órbita pues si no fuera así, no se producirían cambios climáticos; habría un verano perpetuo en la zona tórrida, una primavera continua en las templadas y un invierno sin fin en las glaciales.
Es decir la vida sería improbable. Con razón decía Eistein que había dos maneras de vivir la vida: creyendo que todo era un milagro o creyendo que nada es un milagro.
A fin de facilitar la comprensión del mecanismo de las estaciones, imaginemos a la esfera que representa a la tierra rotando sobre su eje y girando la que tiene atravesado a lo largo de un diámetro un eje imaginario que representa su eje de rotación; observemos ahora la inclinación de este eje respecto a la perpendicular del plano de la órbita de traslación alrededor del sol la que es un poco mas de una cuarta parte de un ángulo recto.
Observemos ahora a la esfera que representa al sol la que en la realidad es una masa incandescente de casi un millón y media de veces mayor que la esfera que representa nuestra tierra. Si ponemos a la esfera terrestre a la derecha del sol, se verá que el hemisferio sur, está iluminado y el hemisferio norte está sumergido en la sombra. En esta posición de la tierra, el día es mas largo que la noche en el hemisferio sur ocurriendo lo contrario en el hemisferio norte y el calendario señala el 22 de Diciembre, día llamado del Solsticio de Diciembre en el que empieza el verano en el hemisferio sur y el invierno en el hemisferio norte; un cuarto de vuelta alrededor del sol hacia la izquierda y la tierra quedará al otro lado de la luz respecto del observador, en esta posición los días y las noches son iguales en toda la superficie; entonces estamos en el 21 de Marzo, fecha del comienzo de la primavera en el hemisferio norte y del otoño en el sur, a esta fecha se le llama Equinoccio de Marzo; otro cuarto de vuelta alrededor del sol colocará a la esfera terrestre a la izquierda de este, quedando el hemisferio norte iluminado y el hemisferio sur no, en esta posición los días son más largos y las noches mas cortas en el hemisferio norte sucediendo lo contrario en el hemisferio sur; esta posición tiene lugar el 21 de Junio y se le llama por esta razón Solsticio de Junio empezando el verano en el hemisferio norte y el invierno en el hemisferio sur, esta es la fecha que celebramos hoy; otro cuarto de vuelta alrededor del sol y la tierra quedará entre el observador y este, en esta posición ocurre lo mismo que en la segunda que hemos considerado noches y días iguales en toda la superficie, el calendario señala el 23 de Septiembre dando inicio al otoño en el hemisferio norte y la primavera en el sur, este día es conocido como el Equinoccio de Septiembre ; finalmente un último cuarto de vuelta y ya se tiene a la esfera terrestre en la posición inicial y ha transcurrido un año.
Respecto al aspecto simbólico o exotérico del tema, en algunos tratados masónicos se ha querido representar al sol en el centro de la logia, en el lugar que ocupa el ara donde se encuentra el V:.D:.L:.S:. que contiene la luz de la verdad y a los HH:. ocupando diferentes posiciones durante su vida masónica como las diferentes posiciones que ocupa la tierra en su movimiento alrededor del sol.
En el rito Escocés Antiguo y aceptado, se inicia el año masónico en el Solsticio de Junio y tienen a San Juan Bautista como su patrono y en el Rito de York se inicia el año masónico en el Solsticio de Diciembre y tienen como su patrono a San Juan Evangelista y durante estas fechas se renuevan los cargos en dichos ritos.
Respecto a la parte esotérica del tema, esta se puede ver desde diferentes ópticas, ya que la verdad es infinita en el espacio y eterna en el tiempo y nadie se puede considerar conocedor absoluto de ella por lo que el masón debe ser, en esencia un libre pensador, por tal razón, en mi especulación, traté de conciliar los conocimientos de la filosofía hermética, llamada así por ser Hermes Trismegisto su principal propulsor hacen mas de 7000 años, la numerología pitagórica y los de la tradición Judeo Cristiana a la que pertenece mi religión y la religión de casi todos nosotros. El fundamento de este intento de conciliación radicó en la creencia de que la verdad absoluta, siendo infinita y eterna, también debe ser unitaria por lo que sólo debe variar en su manifestación.
Al respecto, la filosofía hermética se encuentra muy bien explicada en el libro “El Kybalión” cuyo autor parece ser el mismo Hermes pues aparece con el seudónimo de tres iniciados que viene a ser lo mismo que trismegisto; con respecto a Pitágoras, se conoce que antes que filósofo fue un gran iniciado que sostenía que . "La evolución es la ley de la vida, que el número es la ley del universo y la unidad la ley de Dios" y finalmente nuestra tradición religiosa contenida en el V:.D:.L:.S:. en cuyas páginas encontramos frecuentemente aspectos del hermetismo y la numerología.
En principio, primero debemos comprender que la tierra y toda la vida que hay en ella dependen total y absolutamente del sol por lo que muchas civilizaciones de la antigüedad lo consideraron como Dios; al respecto el faraón Aknaton IV llamado el faraón hereje abolió el politeísmo en Egipto para adorar a un solo Dios, coincidiendo con los Incas al considerar al sol como la expresión más visible de dicho Dios y de su amor hacia los hombres.
Respecto a los Solsticios, no conociéndose cuando y en que punto de su órbita inició la tierra su giro alrededor del sol, los dos ritos hacen muy bien cuando le dan la misma importancia a ambos, ya que la masonería debe trabajar para que la dualidad en la que se manifiesta la verdad sea unitaria; dualidad que se pone en evidencia principalmente en estas fechas, ya que mientras en un Solsticio se da el invierno, en su opuesto se da el verano, y si en un equinoccio se da la primavera, en su opuesto se da el otoño, pero estas extremas posiciones de la tierra, convergen a la unidad del sol que le da vida pues el sol siempre está al centro como debe estarlo la verdad que busca la masonería respecto a los extremos humanos. Así lo plantea también en su principio de polaridad la filosofía hermética, cuando sostiene que: “Todo es doble; todo tiene dos polos; todo su par de opuestos; los semejantes y los antagónicos son lo mismo; Los opuestos son idénticos en naturaleza pero diferentes en grados; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse”.
La expresión geométrica y numerologica de lo manifestado sería que la unidad o uno para nuestro sistema planetario es el sol y sus efectos estacionales extremos en la tierra son el Verano y el Invierno los que representan la dualidad o dos de toda manifestación material. Desde estas dos posiciones extremas de la tierra, es posible trazar una recta desde su hemisferio norte y otra desde su hemisferio sur para unirse con el sol formando un triángulo o tres que representa la unificación o conciliación de dicha manifestación material; conciliación que nos permite afirmar que, para el G:.A:.D:.U:., la vida siempre estará manifestada en los dos hemisferios de la tierra, cualquiera sea él Solsticio en la que esta se encuentre. Esta conciliación está hermosamente simbolizada en nuestras logias ya que la columna “B” y la columna “J” representan al Norte y Sur de la tierra respectivamente, y desde ambas columnas se puede confluir a la verdad contenida en el ara ubicada en el centro de la logia formando un triángulo. Tal confluencia se puede realizar en cualquier logia masónica del mundo, cualquiera sea el hemisferio en la que se encuentre y cualquiera sea su rito.
La lección esotérica y masónica que podemos tener
de la trinidad conciliando los extremos, es que cualquier posición, por más antagónica que parezca y que pueda dividirnos entre los hermanos de la orden, debemos conciliarla buscando juntos la verdad.
Pero así como todo se manifiesta en pares de opuestos, que en el caso de las estaciones de nuestro planeta lo constituyen el Verano y el Invierno y la Primavera y el Otoño; en la creación también se da el equilibrio ya que, en su sabiduría y justicia infinitas, el G:.A:.D:.U:. le da al hombre dos Solsticios opuestos y de climas extremos y dos Equinoccios de climas intermedios en los que todo parece equilibrarse para la vida. Este equilibrio puede representarse con un cuadrado o cuatro.La lección masónica que nos dan los dos Solsticios y los dos Equinoccios opuestos, es que, como hermanos, siempre debemos buscar el equilibrio en forma consciente, a pesar de nuestras diferencias, no dejando que la naturaleza de las cosas lo haga de todas maneras pero a costa de amargas lecciones para nuestra orden.
Así mismo, en su movimiento de traslación alrededor del sol y que dura un año, la tierra va ocupando doce espacios diferentes que desde la antigüedad se denominan zodiacos los que se cree que influyen en las diferentes personalidades de los seres humanos según el signo zodiacal en el cual han nacido, sin embargo, estas diferencias humanas no harían mas que evidenciar que la verdad, también se puede manifestar en la diversidad pero que, por una mayor comprensión y tolerancia se pueden unificar así como los zodiacos siempre se unifican en el sol. Efectivamente, al igual que la conciliación de los solsticios con la unidad solar, de esa misma manera se pueden trazar rectas desde cada una de las doce posiciones zodiacales representadas en nuestras logias, para hacerlas confluir con el ara que, en este caso, representa el amor que el G:.A:.D:.U:. proporciona a todos por igual, cualquiera sea su raza, cultura, personalidad, etc. Esta conciliación se puede representar también por la suma cabalística del doce sumando uno más dos igual tres, que jústamente representa la conciliación de la diversidad humana en la unidad del amor de Dios.La lección masónica que nos dan los doce signos zodiacales confluyendo hacia el sol es que, conforme lo juramos siempre, debemos luchar como hombres de buena voluntad para que a pesar de las diferencias humanas haya paz en la tierra para la gloria de Dios en las alturas.
También es posible que el ser humano realice la unidad dentro de sí, siendo necesario para ello, conocerse a sí mismo, tal como lo proponían en la antigüedad los iniciados helenos cuando decían “Gnoti Seauton” y luego los latinos “Noscete Ipsum” que significa justamente “ Conócete a ti mismo”.
Para tal fin debemos tener en cuenta que somos seres duales, es decir, que estamos compuestos de una parte material y de otra parte espiritual cuyas naturalezas son antagónicas, por lo que tenemos planteada la lucha interna que atormenta nuestra vida en la tierra. Por tal razón, aun cuando alcancemos el sublime grado de M:.M:., podemos perdernos entre la escuadra que representa la materia y el compás que representa el espíritu .La armonización de los reclamos de nuestro espíritu y los reclamos de nuestra parte física, se puede lograr, al igual que como nos no enseñan los solsticios opuestos, si escuchamos al M:.S:. de nuestra consciencia para que nos haga ver sin engaños nuestra dualidad y para que nos ayude a hacer confluir nuestros opuestos hacia el amor, amor que todo lo perdona, desde nuestros propios errores y el de nuestros semejantes, y que todo lo disuelve dentro del amor sin limites al G: .A:.D:.U:. Por tal razón, como dijimos, el amor es la piedra filosofal para lograr nuestra armonía mediante la transmutación gradual de nuestro ser hasta lograr la unidad en Dios.
Por otra parte, por el hecho de que el Rito Escocés Antiguo y Aceptado tenga por patrono a San Juan Bautista y el de York a San Juan Evangelista, se puede pensar no sólo en la unidad de la verdad, sino también en su eternidad; ya que mientras San Juan Evangelista anunciaba la llegada de la luz de la verdad que traería a la humanidad Jesús el Cristo desde antes de su prédica, San Juan Evangelista proclamaba la necesidad de que la humanidad viva en dicha verdad después de que fue predicada y anuncia la forma en que dicha verdad triunfara en el final de los tiempos en su libro del Apocalipsis, por lo que tácitamente los dos juanes han realizado la unidad de su mensaje en Cristo, quien visto así, representaría la luz de la verdad que es unitaria y eterna en el G:.A:.D:.U:.
A su vez, los solsticios producidos por el movimiento de la tierra alrededor del sol o traslación, pueden servirnos además para comprender el sentido de nuestra vida en la tierra, sentido que esta contenido en la filosofía hermética en su principio del ritmo cuando nos dice: “ Todo fluye y refluye; todo tiene sus periodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es compensación”
Efectivamente, aun cuando no conocemos donde inició la tierra su movimiento como se dijo, podemos asumir, que cuando la tierra inició su traslación alrededor del sol, en un hemisferio se dio el verano y en el opuesto el invierno en una dualidad de opuestos que se repite hasta ahora.; Por tal razón podemos internalizar también el ejemplo que nos da la creación, especulando, sólo para los efectos esotéricos que buscamos, que el verano simboliza nuestro nacimiento a la vida material en el que vimos por primera vez la luz del sol y que según Einstein no es mas que la sombra de la luz verdadera.
Esta simbología puede sustentarse en el hecho de que en el verano percibimos con mayor intensidad la luz y el calor del sol, luz y calor que necesitamos como necesitan los niños, la luz y el calor de la experiencia y el amor de sus padres para dar inicio en forma segura a su nueva vida, por lo que cualquier tarea que emprendamos para encontrar la verdad, debemos iniciarla, con el máximo de buena fe o sinceridad, igual que los niños, para ser más receptivos a la luz que podamos hallar en nuestra amada orden o en cualquiera otra institución o enseñanza que trabaje para tal fin.
En la doctrina cristiana esta verdad fue anunciada también cuando Jesús el Cristo les dijo a sus apóstoles: “ Dejad que los niños vengan a mí pues de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 19,14 y 15), significando que la luz de la verdad no podrá ser alcanzada ni por los hipócritas, ni por los soberbios ni por los duros de corazón, sino por los que, al igual que los niños, son sinceros, humildes y alegres en su esfuerzo para merecerla.
Sin embargo, después de nuestro nacimiento a la luz material del sol simbolizado por el Verano, sigue en su inexorable ritmo la inevitable muerte representada simbólicamente por el invierno el que, en nuestro hemisferio se inicia en el Solsticio de Junio; así el principio del ritmo presente en la sucesión de Solsticios y Equinoccios, nos puede permitir reflexionar sobre el ejemplo que nos da la creación al mostrarnos que luego de su nacimiento y periplo por la tierra, la vida del hombre debe llegar a su fin con la muerte; pero que sin embargo, si nuestra vida material ha girado alrededor de la verdad, después de nuestra muerte física debemos estar convencidos de que podemos renacer para continuar viviendo, ya no alrededor de la luz del sol material, sino alrededor de la luz verdadera del G:.A:.D:.U:. así como renace la vida desde las semillas cubiertas por la nieve del invierno, cuando aparece nuevamente el sol de la vida.
Si tal prodigio ocurre con una simple criatura de la creación como una semilla vegetal, ¡con cuanta mayor razón debemos esperar nuestro renacimiento, nosotros los hombres que hemos sido dotados de consciencia!.
El renacimiento a la vida espiritual después de la muerte física lo anuncio también Jesús el Cristo cuando le dijo a Nicodemo: ” De cierto de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” y De cierto de cierto te digo que el que no naciere de agua y espíritu no puede entrar en el reino de Dios” y luego “ No te maravilles de lo que te dije: Os es necesario nacer de nuevo”(San Juan 3,3,5,7)
Por otra parte, los Solsticios están evidenciando que el Universo en su manifestación material, es consecuencia de una energía inimaginable, la que es capaz de mover inmensas masas como la de nuestro planeta cuya vida depende total y absolutamente de la energía solar, energía que proviene de una energía que el sol toma de otro centro energía más grande en la galaxia y esta de otro más grande aun del Universo, y este de la Luz eterna e infinita del G:.A:.D:.U:., la que proviene de su pensamiento, pensamiento que proviene de su amor y amor que proviene de su espíritu.
Por ello, debemos comprender las lecciones que nos da el Universo, entre ellas, el significado que los solsticios pueden tener en nuestras vidas, comprensión que nos permitirá disponer de una puerta mas para que nuestro espíritu nos abra el conocimiento de lo profundo de Dios, como lo anunció San Pablo en su primera epístola a los Corintios cuando les escribió lo siguiente: “Hermanos, hablamos entre los perfectos, una sabiduría que no es de este mundo, ni de los príncipes de este mundo, que quedan desvanecidos, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al señor de la gloria, sino como esta escrito, ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que le aman, y Dios nos lo ha revelado por el espíritu; el espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios”
Así pues, nuestro acercamiento a la verdad sólo será posible si dejamos que nuestro espíritu guíe a nuestro ser, primero a usar nuestra energía para vivir en armonía con las leyes cósmicas, luego a irradiar la luz de la verdad que podamos obtener hacia nuestros semejantes sin egoísmo aunque ello nos cueste la cruz, luego a tener el pensamiento puesto permanentemente en el G:.A:.D:.U:., en su creación y en el conocimiento de nosotros mismos, luego a expresar nuestro amor en permanente gratitud al amor divino que nos regala su luz y calor a través del sol, y a brindar dicho amor a nuestros semejantes. Creo pues que vivir de tal manera significará la posibilidad de transmutar gradualmente nuestro ser por el encuentro también gradual del amor de nuestro espíritu con el amor del G:.A:.D:.U:.
Por tal razón debemos estar convencidos de que el amor a Dios y a nuestros semejantes es la piedra filosofal para transmutar nuestro ser mortal a un ser trascendente; por ello cuan cierta es la parte de nuestra ceremonia de adelanto a M:.M:.S:.S:, en la que el V:.H:.Int:.nos recuerda que cuando toda la humanidad se resolvió a decir “ ama a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”; todos, a una voz, desde él mas ilustrado hasta él más sencillo, le respondieron y le responderán eternamente: “ Eso es verdad”.
Dicha transmutación será más factible si tenemos en cuenta también el principio de la filosofía hermética de correspondencia que dice: “ Así como es arriba, así es abajo”
Efectivamente, desde la antigüedad ya se conocía que la organización planetaria del macrocosmos en el que alrededor de una estrella o sol giran los planetas, también se da en el microcosmos en el que alrededor de un átomo giran los electrones, positrones, neutrinos, etc. Los filósofos griegos Leucipo y Demócrito, hace casi 3000 años ya intuían que la última manifestación de la materia es el átomo, y que a partir del átomo ya todo es energía.
Tal organización planetaria existe en cada átomo de nuestro ser por lo que podemos considerarnos como galaxias en las que la energía de cada uno de nuestros átomos nos llega desde el sol; si tenemos en cuenta esto, podemos comprender porqué en cada átomo se producen también solsticios que determinan su vida y su muerte como necesidad para su renovación, porque la renovación es vida y la vida es renovación.
Así, con tal conocimiento, podemos facilitar nuestra transmutación, hasta lo mas profundo de la organización planetaria de nuestro ser, hasta sentir que estamos en el universo y que el universo está en nosotros; es decir, que estamos por el amor, dentro del pensamiento del G:.A:.D:.U:. y que el está dentro de nosotros, como lo anunció Jesús el Cristo cuando dijo: "Que todos sean uno como tu, Padre, tu estás en mi, y yo en ti. Sean también uno en nosotros: así el mundo creerá que tu me has enviado. Esa gloria que me diste, se la di a ellos, para que sean uno, como tu y yo somos uno. Así seré yo en ellos y tú en mi, y alcanzarán la perfección en esta unidad (San Juan 21,22 y 23). Tal es, sin lugar a dudas la finalidad de nuestra existencia.
Para terminar, creo que vale la pena meditar con libertad en los hermosos ejemplos que nos da por doquier la creación, entre ellos, los Solsticios, a fin de lograr no sólo nuestra realización masónica sino principalmente, para ayudar a la humanidad a encontrar su Libertad, su Igualdad y su Fraternidad conforme lo propone nuestra hermosa trilogía, pero teniendo en cuenta que la verdadera libertad, tanto individual como la de la humanidad, solo será posible si nuestra vida individual y nuestra lucha por la humanidad giran alrededor de la verdad cuya diversidad debemos unificarla comprendiéndola con tolerancia y amor, así como los Solsticios extremos y los Zodiacos diversos se unifican en el sol. Tal es la promesa de Jesús el Cristo cuando dijo: “ Sólo la verdad os hará libres”. ( San Juan 8, 32).
R:.H:. ROGER JORDÁN PALOMINO
Cuando uno observa el cielo es difícil no evitar el meditar sobre la creación y el universo y especular sobre su real naturaleza y su relación con nuestra vida.
Efectivamente, cuando uno medita sobre el universo se tiene la certeza de que lo que uno esta viendo con sus ojos materiales, no es mas que una porción del orden visible de la creación, y que dicho orden no es mas que la representación de un orden invisible que nuestros ojos ya no pueden ver; es decir, que lo que nuestros ojos materiales ven es sólo el fenómeno visible al que debe corresponder una causa invisible que la epistemología denomina comúnmente noumeno. En nuestras meditaciones no podemos dejar de conmovernos por el hecho histórico de que los antiguos, sin los adelantos modernos, habían podido deducir conocimientos tan profundos sobre el universo y su relación con el hombre y con Dios.
Efectivamente, todos los temas relacionados al universo, como el de los solsticios nos pueden ofrecer una múltiple gama de posibilidades de especulación e investigación, por lo que es posible abordar dicho tema en su aspecto científico, en su aspecto simbólico o exotérico y particularmente en su aspecto esotérico.
Con relación al aspecto científico del tema, los astrónomos modernos vienen comprobando con exactitud, mucho de lo que los antiguos desde la época de los caldeos, luego los egipcios y posteriormente los griegos, incluso los incas y mayas, ya conocían en gran parte; es decir que la tierra es un astro semejante a los que en la noche vemos brillar. A pesar de sus seis mil trillones de toneladas de peso, la tierra está dotada de una ligereza extraordinaria; ya que en unas 24 horas da una vuelta en su imaginario eje, y que a este movimiento se le llama de rotación; además se ha comprobado que nuestro planeta recorre un camino de casi mil millones de kilómetros en torno al sol del que dista casi 150 millones de kilómetros en el transcurso de un año; a este otro movimiento se le llama de traslación.
¡Imagínense! todas estas maravillas con nosotros ahí adentro viviendo ignorantes de ellas, cada uno con sus propios problemas y destruyendo con nuestra ignorancia y ambición, nuestro planeta, amenazando con convertirlo en un infierno sin darnos cuenta que en realidad vivimos en el cielo, juntamente a todos los astros, como lo decía el célebre astrónomo Flammarión!
La consecuencia del movimiento de rotación, es la sucesión de los días y las noches, y la consecuencia del de traslación, es la sucesión de las estaciones; pero con sólo la traslación, estas no existirían ya que es preciso además, que el eje de la tierra esté inclinado sobre el plano de la órbita pues si no fuera así, no se producirían cambios climáticos; habría un verano perpetuo en la zona tórrida, una primavera continua en las templadas y un invierno sin fin en las glaciales.
Es decir la vida sería improbable. Con razón decía Eistein que había dos maneras de vivir la vida: creyendo que todo era un milagro o creyendo que nada es un milagro.
A fin de facilitar la comprensión del mecanismo de las estaciones, imaginemos a la esfera que representa a la tierra rotando sobre su eje y girando la que tiene atravesado a lo largo de un diámetro un eje imaginario que representa su eje de rotación; observemos ahora la inclinación de este eje respecto a la perpendicular del plano de la órbita de traslación alrededor del sol la que es un poco mas de una cuarta parte de un ángulo recto.
Observemos ahora a la esfera que representa al sol la que en la realidad es una masa incandescente de casi un millón y media de veces mayor que la esfera que representa nuestra tierra. Si ponemos a la esfera terrestre a la derecha del sol, se verá que el hemisferio sur, está iluminado y el hemisferio norte está sumergido en la sombra. En esta posición de la tierra, el día es mas largo que la noche en el hemisferio sur ocurriendo lo contrario en el hemisferio norte y el calendario señala el 22 de Diciembre, día llamado del Solsticio de Diciembre en el que empieza el verano en el hemisferio sur y el invierno en el hemisferio norte; un cuarto de vuelta alrededor del sol hacia la izquierda y la tierra quedará al otro lado de la luz respecto del observador, en esta posición los días y las noches son iguales en toda la superficie; entonces estamos en el 21 de Marzo, fecha del comienzo de la primavera en el hemisferio norte y del otoño en el sur, a esta fecha se le llama Equinoccio de Marzo; otro cuarto de vuelta alrededor del sol colocará a la esfera terrestre a la izquierda de este, quedando el hemisferio norte iluminado y el hemisferio sur no, en esta posición los días son más largos y las noches mas cortas en el hemisferio norte sucediendo lo contrario en el hemisferio sur; esta posición tiene lugar el 21 de Junio y se le llama por esta razón Solsticio de Junio empezando el verano en el hemisferio norte y el invierno en el hemisferio sur, esta es la fecha que celebramos hoy; otro cuarto de vuelta alrededor del sol y la tierra quedará entre el observador y este, en esta posición ocurre lo mismo que en la segunda que hemos considerado noches y días iguales en toda la superficie, el calendario señala el 23 de Septiembre dando inicio al otoño en el hemisferio norte y la primavera en el sur, este día es conocido como el Equinoccio de Septiembre ; finalmente un último cuarto de vuelta y ya se tiene a la esfera terrestre en la posición inicial y ha transcurrido un año.
Respecto al aspecto simbólico o exotérico del tema, en algunos tratados masónicos se ha querido representar al sol en el centro de la logia, en el lugar que ocupa el ara donde se encuentra el V:.D:.L:.S:. que contiene la luz de la verdad y a los HH:. ocupando diferentes posiciones durante su vida masónica como las diferentes posiciones que ocupa la tierra en su movimiento alrededor del sol.
En el rito Escocés Antiguo y aceptado, se inicia el año masónico en el Solsticio de Junio y tienen a San Juan Bautista como su patrono y en el Rito de York se inicia el año masónico en el Solsticio de Diciembre y tienen como su patrono a San Juan Evangelista y durante estas fechas se renuevan los cargos en dichos ritos.
Respecto a la parte esotérica del tema, esta se puede ver desde diferentes ópticas, ya que la verdad es infinita en el espacio y eterna en el tiempo y nadie se puede considerar conocedor absoluto de ella por lo que el masón debe ser, en esencia un libre pensador, por tal razón, en mi especulación, traté de conciliar los conocimientos de la filosofía hermética, llamada así por ser Hermes Trismegisto su principal propulsor hacen mas de 7000 años, la numerología pitagórica y los de la tradición Judeo Cristiana a la que pertenece mi religión y la religión de casi todos nosotros. El fundamento de este intento de conciliación radicó en la creencia de que la verdad absoluta, siendo infinita y eterna, también debe ser unitaria por lo que sólo debe variar en su manifestación.
Al respecto, la filosofía hermética se encuentra muy bien explicada en el libro “El Kybalión” cuyo autor parece ser el mismo Hermes pues aparece con el seudónimo de tres iniciados que viene a ser lo mismo que trismegisto; con respecto a Pitágoras, se conoce que antes que filósofo fue un gran iniciado que sostenía que . "La evolución es la ley de la vida, que el número es la ley del universo y la unidad la ley de Dios" y finalmente nuestra tradición religiosa contenida en el V:.D:.L:.S:. en cuyas páginas encontramos frecuentemente aspectos del hermetismo y la numerología.
En principio, primero debemos comprender que la tierra y toda la vida que hay en ella dependen total y absolutamente del sol por lo que muchas civilizaciones de la antigüedad lo consideraron como Dios; al respecto el faraón Aknaton IV llamado el faraón hereje abolió el politeísmo en Egipto para adorar a un solo Dios, coincidiendo con los Incas al considerar al sol como la expresión más visible de dicho Dios y de su amor hacia los hombres.
Respecto a los Solsticios, no conociéndose cuando y en que punto de su órbita inició la tierra su giro alrededor del sol, los dos ritos hacen muy bien cuando le dan la misma importancia a ambos, ya que la masonería debe trabajar para que la dualidad en la que se manifiesta la verdad sea unitaria; dualidad que se pone en evidencia principalmente en estas fechas, ya que mientras en un Solsticio se da el invierno, en su opuesto se da el verano, y si en un equinoccio se da la primavera, en su opuesto se da el otoño, pero estas extremas posiciones de la tierra, convergen a la unidad del sol que le da vida pues el sol siempre está al centro como debe estarlo la verdad que busca la masonería respecto a los extremos humanos. Así lo plantea también en su principio de polaridad la filosofía hermética, cuando sostiene que: “Todo es doble; todo tiene dos polos; todo su par de opuestos; los semejantes y los antagónicos son lo mismo; Los opuestos son idénticos en naturaleza pero diferentes en grados; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse”.
La expresión geométrica y numerologica de lo manifestado sería que la unidad o uno para nuestro sistema planetario es el sol y sus efectos estacionales extremos en la tierra son el Verano y el Invierno los que representan la dualidad o dos de toda manifestación material. Desde estas dos posiciones extremas de la tierra, es posible trazar una recta desde su hemisferio norte y otra desde su hemisferio sur para unirse con el sol formando un triángulo o tres que representa la unificación o conciliación de dicha manifestación material; conciliación que nos permite afirmar que, para el G:.A:.D:.U:., la vida siempre estará manifestada en los dos hemisferios de la tierra, cualquiera sea él Solsticio en la que esta se encuentre. Esta conciliación está hermosamente simbolizada en nuestras logias ya que la columna “B” y la columna “J” representan al Norte y Sur de la tierra respectivamente, y desde ambas columnas se puede confluir a la verdad contenida en el ara ubicada en el centro de la logia formando un triángulo. Tal confluencia se puede realizar en cualquier logia masónica del mundo, cualquiera sea el hemisferio en la que se encuentre y cualquiera sea su rito.
La lección esotérica y masónica que podemos tener
de la trinidad conciliando los extremos, es que cualquier posición, por más antagónica que parezca y que pueda dividirnos entre los hermanos de la orden, debemos conciliarla buscando juntos la verdad.
Pero así como todo se manifiesta en pares de opuestos, que en el caso de las estaciones de nuestro planeta lo constituyen el Verano y el Invierno y la Primavera y el Otoño; en la creación también se da el equilibrio ya que, en su sabiduría y justicia infinitas, el G:.A:.D:.U:. le da al hombre dos Solsticios opuestos y de climas extremos y dos Equinoccios de climas intermedios en los que todo parece equilibrarse para la vida. Este equilibrio puede representarse con un cuadrado o cuatro.La lección masónica que nos dan los dos Solsticios y los dos Equinoccios opuestos, es que, como hermanos, siempre debemos buscar el equilibrio en forma consciente, a pesar de nuestras diferencias, no dejando que la naturaleza de las cosas lo haga de todas maneras pero a costa de amargas lecciones para nuestra orden.
Así mismo, en su movimiento de traslación alrededor del sol y que dura un año, la tierra va ocupando doce espacios diferentes que desde la antigüedad se denominan zodiacos los que se cree que influyen en las diferentes personalidades de los seres humanos según el signo zodiacal en el cual han nacido, sin embargo, estas diferencias humanas no harían mas que evidenciar que la verdad, también se puede manifestar en la diversidad pero que, por una mayor comprensión y tolerancia se pueden unificar así como los zodiacos siempre se unifican en el sol. Efectivamente, al igual que la conciliación de los solsticios con la unidad solar, de esa misma manera se pueden trazar rectas desde cada una de las doce posiciones zodiacales representadas en nuestras logias, para hacerlas confluir con el ara que, en este caso, representa el amor que el G:.A:.D:.U:. proporciona a todos por igual, cualquiera sea su raza, cultura, personalidad, etc. Esta conciliación se puede representar también por la suma cabalística del doce sumando uno más dos igual tres, que jústamente representa la conciliación de la diversidad humana en la unidad del amor de Dios.La lección masónica que nos dan los doce signos zodiacales confluyendo hacia el sol es que, conforme lo juramos siempre, debemos luchar como hombres de buena voluntad para que a pesar de las diferencias humanas haya paz en la tierra para la gloria de Dios en las alturas.
También es posible que el ser humano realice la unidad dentro de sí, siendo necesario para ello, conocerse a sí mismo, tal como lo proponían en la antigüedad los iniciados helenos cuando decían “Gnoti Seauton” y luego los latinos “Noscete Ipsum” que significa justamente “ Conócete a ti mismo”.
Para tal fin debemos tener en cuenta que somos seres duales, es decir, que estamos compuestos de una parte material y de otra parte espiritual cuyas naturalezas son antagónicas, por lo que tenemos planteada la lucha interna que atormenta nuestra vida en la tierra. Por tal razón, aun cuando alcancemos el sublime grado de M:.M:., podemos perdernos entre la escuadra que representa la materia y el compás que representa el espíritu .La armonización de los reclamos de nuestro espíritu y los reclamos de nuestra parte física, se puede lograr, al igual que como nos no enseñan los solsticios opuestos, si escuchamos al M:.S:. de nuestra consciencia para que nos haga ver sin engaños nuestra dualidad y para que nos ayude a hacer confluir nuestros opuestos hacia el amor, amor que todo lo perdona, desde nuestros propios errores y el de nuestros semejantes, y que todo lo disuelve dentro del amor sin limites al G: .A:.D:.U:. Por tal razón, como dijimos, el amor es la piedra filosofal para lograr nuestra armonía mediante la transmutación gradual de nuestro ser hasta lograr la unidad en Dios.
Por otra parte, por el hecho de que el Rito Escocés Antiguo y Aceptado tenga por patrono a San Juan Bautista y el de York a San Juan Evangelista, se puede pensar no sólo en la unidad de la verdad, sino también en su eternidad; ya que mientras San Juan Evangelista anunciaba la llegada de la luz de la verdad que traería a la humanidad Jesús el Cristo desde antes de su prédica, San Juan Evangelista proclamaba la necesidad de que la humanidad viva en dicha verdad después de que fue predicada y anuncia la forma en que dicha verdad triunfara en el final de los tiempos en su libro del Apocalipsis, por lo que tácitamente los dos juanes han realizado la unidad de su mensaje en Cristo, quien visto así, representaría la luz de la verdad que es unitaria y eterna en el G:.A:.D:.U:.
A su vez, los solsticios producidos por el movimiento de la tierra alrededor del sol o traslación, pueden servirnos además para comprender el sentido de nuestra vida en la tierra, sentido que esta contenido en la filosofía hermética en su principio del ritmo cuando nos dice: “ Todo fluye y refluye; todo tiene sus periodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es compensación”
Efectivamente, aun cuando no conocemos donde inició la tierra su movimiento como se dijo, podemos asumir, que cuando la tierra inició su traslación alrededor del sol, en un hemisferio se dio el verano y en el opuesto el invierno en una dualidad de opuestos que se repite hasta ahora.; Por tal razón podemos internalizar también el ejemplo que nos da la creación, especulando, sólo para los efectos esotéricos que buscamos, que el verano simboliza nuestro nacimiento a la vida material en el que vimos por primera vez la luz del sol y que según Einstein no es mas que la sombra de la luz verdadera.
Esta simbología puede sustentarse en el hecho de que en el verano percibimos con mayor intensidad la luz y el calor del sol, luz y calor que necesitamos como necesitan los niños, la luz y el calor de la experiencia y el amor de sus padres para dar inicio en forma segura a su nueva vida, por lo que cualquier tarea que emprendamos para encontrar la verdad, debemos iniciarla, con el máximo de buena fe o sinceridad, igual que los niños, para ser más receptivos a la luz que podamos hallar en nuestra amada orden o en cualquiera otra institución o enseñanza que trabaje para tal fin.
En la doctrina cristiana esta verdad fue anunciada también cuando Jesús el Cristo les dijo a sus apóstoles: “ Dejad que los niños vengan a mí pues de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 19,14 y 15), significando que la luz de la verdad no podrá ser alcanzada ni por los hipócritas, ni por los soberbios ni por los duros de corazón, sino por los que, al igual que los niños, son sinceros, humildes y alegres en su esfuerzo para merecerla.
Sin embargo, después de nuestro nacimiento a la luz material del sol simbolizado por el Verano, sigue en su inexorable ritmo la inevitable muerte representada simbólicamente por el invierno el que, en nuestro hemisferio se inicia en el Solsticio de Junio; así el principio del ritmo presente en la sucesión de Solsticios y Equinoccios, nos puede permitir reflexionar sobre el ejemplo que nos da la creación al mostrarnos que luego de su nacimiento y periplo por la tierra, la vida del hombre debe llegar a su fin con la muerte; pero que sin embargo, si nuestra vida material ha girado alrededor de la verdad, después de nuestra muerte física debemos estar convencidos de que podemos renacer para continuar viviendo, ya no alrededor de la luz del sol material, sino alrededor de la luz verdadera del G:.A:.D:.U:. así como renace la vida desde las semillas cubiertas por la nieve del invierno, cuando aparece nuevamente el sol de la vida.
Si tal prodigio ocurre con una simple criatura de la creación como una semilla vegetal, ¡con cuanta mayor razón debemos esperar nuestro renacimiento, nosotros los hombres que hemos sido dotados de consciencia!.
El renacimiento a la vida espiritual después de la muerte física lo anuncio también Jesús el Cristo cuando le dijo a Nicodemo: ” De cierto de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” y De cierto de cierto te digo que el que no naciere de agua y espíritu no puede entrar en el reino de Dios” y luego “ No te maravilles de lo que te dije: Os es necesario nacer de nuevo”(San Juan 3,3,5,7)
Por otra parte, los Solsticios están evidenciando que el Universo en su manifestación material, es consecuencia de una energía inimaginable, la que es capaz de mover inmensas masas como la de nuestro planeta cuya vida depende total y absolutamente de la energía solar, energía que proviene de una energía que el sol toma de otro centro energía más grande en la galaxia y esta de otro más grande aun del Universo, y este de la Luz eterna e infinita del G:.A:.D:.U:., la que proviene de su pensamiento, pensamiento que proviene de su amor y amor que proviene de su espíritu.
Por ello, debemos comprender las lecciones que nos da el Universo, entre ellas, el significado que los solsticios pueden tener en nuestras vidas, comprensión que nos permitirá disponer de una puerta mas para que nuestro espíritu nos abra el conocimiento de lo profundo de Dios, como lo anunció San Pablo en su primera epístola a los Corintios cuando les escribió lo siguiente: “Hermanos, hablamos entre los perfectos, una sabiduría que no es de este mundo, ni de los príncipes de este mundo, que quedan desvanecidos, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al señor de la gloria, sino como esta escrito, ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que le aman, y Dios nos lo ha revelado por el espíritu; el espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios”
Así pues, nuestro acercamiento a la verdad sólo será posible si dejamos que nuestro espíritu guíe a nuestro ser, primero a usar nuestra energía para vivir en armonía con las leyes cósmicas, luego a irradiar la luz de la verdad que podamos obtener hacia nuestros semejantes sin egoísmo aunque ello nos cueste la cruz, luego a tener el pensamiento puesto permanentemente en el G:.A:.D:.U:., en su creación y en el conocimiento de nosotros mismos, luego a expresar nuestro amor en permanente gratitud al amor divino que nos regala su luz y calor a través del sol, y a brindar dicho amor a nuestros semejantes. Creo pues que vivir de tal manera significará la posibilidad de transmutar gradualmente nuestro ser por el encuentro también gradual del amor de nuestro espíritu con el amor del G:.A:.D:.U:.
Por tal razón debemos estar convencidos de que el amor a Dios y a nuestros semejantes es la piedra filosofal para transmutar nuestro ser mortal a un ser trascendente; por ello cuan cierta es la parte de nuestra ceremonia de adelanto a M:.M:.S:.S:, en la que el V:.H:.Int:.nos recuerda que cuando toda la humanidad se resolvió a decir “ ama a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”; todos, a una voz, desde él mas ilustrado hasta él más sencillo, le respondieron y le responderán eternamente: “ Eso es verdad”.
Dicha transmutación será más factible si tenemos en cuenta también el principio de la filosofía hermética de correspondencia que dice: “ Así como es arriba, así es abajo”
Efectivamente, desde la antigüedad ya se conocía que la organización planetaria del macrocosmos en el que alrededor de una estrella o sol giran los planetas, también se da en el microcosmos en el que alrededor de un átomo giran los electrones, positrones, neutrinos, etc. Los filósofos griegos Leucipo y Demócrito, hace casi 3000 años ya intuían que la última manifestación de la materia es el átomo, y que a partir del átomo ya todo es energía.
Tal organización planetaria existe en cada átomo de nuestro ser por lo que podemos considerarnos como galaxias en las que la energía de cada uno de nuestros átomos nos llega desde el sol; si tenemos en cuenta esto, podemos comprender porqué en cada átomo se producen también solsticios que determinan su vida y su muerte como necesidad para su renovación, porque la renovación es vida y la vida es renovación.
Así, con tal conocimiento, podemos facilitar nuestra transmutación, hasta lo mas profundo de la organización planetaria de nuestro ser, hasta sentir que estamos en el universo y que el universo está en nosotros; es decir, que estamos por el amor, dentro del pensamiento del G:.A:.D:.U:. y que el está dentro de nosotros, como lo anunció Jesús el Cristo cuando dijo: "Que todos sean uno como tu, Padre, tu estás en mi, y yo en ti. Sean también uno en nosotros: así el mundo creerá que tu me has enviado. Esa gloria que me diste, se la di a ellos, para que sean uno, como tu y yo somos uno. Así seré yo en ellos y tú en mi, y alcanzarán la perfección en esta unidad (San Juan 21,22 y 23). Tal es, sin lugar a dudas la finalidad de nuestra existencia.
Para terminar, creo que vale la pena meditar con libertad en los hermosos ejemplos que nos da por doquier la creación, entre ellos, los Solsticios, a fin de lograr no sólo nuestra realización masónica sino principalmente, para ayudar a la humanidad a encontrar su Libertad, su Igualdad y su Fraternidad conforme lo propone nuestra hermosa trilogía, pero teniendo en cuenta que la verdadera libertad, tanto individual como la de la humanidad, solo será posible si nuestra vida individual y nuestra lucha por la humanidad giran alrededor de la verdad cuya diversidad debemos unificarla comprendiéndola con tolerancia y amor, así como los Solsticios extremos y los Zodiacos diversos se unifican en el sol. Tal es la promesa de Jesús el Cristo cuando dijo: “ Sólo la verdad os hará libres”. ( San Juan 8, 32).
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